2ª mano ¿Es en verdad más barato? – Parte I

Erróneamente mucha gente piensa que comprar una vivienda de 2ª mano resulta mucho más económico que una vivienda a estrenar. Pero, no es oro todo lo que reluce. En este post vamos a daros unos consejos para que puedas valorar más adecuadamente todos aquellos extras en la inversión que supondrían la puesta a punto de una vivienda de 2ª mano para poder entrar a habitarla en condiciones óptimas y saludables.

Las instalaciones en una vivienda de 2ª mano

Uno de los puntos más conflictivos en los edificios antiguos y que acarrean más problemática es todo lo relativo a instalaciones. El gasto que nos puede suponer la puesta a punto del edificio puede ser muy dispar en función de la antigüedad del edificio, así como del tipo de instalación de la que estemos hablando.

Instalaciones eléctricas

En edificios recientes la inversión para la puesta a punto no tiene por qué ser muy elevada. Los edificios recientes se han construido cumpliendo las exigencias normativas actuales y en general el cableado debería estar en buen estado, así como los interruptores y puntos de luz. Es posible que requiera incorporar algún componente del cuadro eléctrico como puede ser el ICP y muy probablemente tengas que revisar el contrato de suministro con la empresa suministradora ya que, en caso contrario podría saltarte la luz si el suministro contratado está por debajo del consumido.
En el supuesto de que estemos hablando de un edificio de segunda mano más antiguo, por ejemplo, de más de veinte años, la inversión puede ascender notablemente. Es muy habitual encontrarse con edificios de esta antigüedad con un cableado insuficiente para soportar las necesidades eléctricas actuales, con cajas de empalme pequeñas o en malas condiciones, así como con una disposición de interruptores o enchufes insuficientes. Todo ello conllevaría una renovación completa de la instalación empezando por el cuadro eléctrico privativo de la vivienda.

Instalaciones de fontanería

En un edificio de segunda mano la averías en las instalaciones pueden ser también muy dispares. Por un lado tenemos el estado en el que se encuentre la grifería así como los aparatos de los cuartos húmedos, como son baños y cocinas. Este tipo de aparatos sufren un deterioro importante y más cuando las calidades o elecciones de material no son muy buenas. Tendremos que comprobar el estado de las pilas, lavabos, fregaderos, inodoros, bañeras y demás; así como la existencia de humedades. Una segunda cuestión a tener en cuenta es la instalación oculta de la misma. Un problema muy frecuente en edificios antiguos es que la instalación está resuelta con materiales que en la actualidad ya no se consideran adecuados. Si la vivienda tiene más de 15 años es muy probable que la instalación de fontanería esté resuelta con tubos de acero galvanizado o plomo, éstos materiales están prohibidos en la actualidad por normativa. Hoy día se instalan tuberías y canalizaciones de materiales plásticos más dúctiles y que no están expuestos a la corrosión.

Instalaciones de gas

En lo relativo a instalaciones de gas ya no es tan determinante la antigüedad del edificio, si no, el barrio en el que se encuentra. Los edificios construidos en barrios de desarrollo de las ciudades suelen incluir la instalación de gas. Así que no es de extrañar que un edificio de 20 años disponga de ella. Sin embargo, puede darse el caso que un edificio de esa misma edad en un barrio más consolidado o antiguo no disponga de instalación al igual que el resto de edificios del entorno. En este caso habría que conocer la existencia de canalizaciones en los viales y la posibilidad de llevar el gas a la vivienda en caso de necesitarlo.

Instalaciones de climatización

En la actualidad es muy habitual que los edificios de obra nueva incluyan la pre-instalación de aire acondicionado, e incluso en las zonas con climas más frío la instalación por radiadores de calefacción. El acondicionar una vivienda de segunda mano que no disponga de este tipo de instalación puede suponer un gasto considerable y será siempre proporcional a la superficie de la vivienda, a mayor vivienda mayor es la inversión en aparatos de climatización.

Otras instalaciones

Existen otros tipos de instalaciones que no afectan tanto al interior de las viviendas pero que tendremos que valorar de manera previa a la adquisición de una vivienda de 2ª mano. Por un lado, están las instalaciones de telecomunicaciones. Su regulación es relativamente reciente por lo que un edificio de más de 25 años no incluirá cajas de registro y huecos para el cableado necesarios, por lo que habrá que tener en cuenta unos gastos de albañilería que queremos que estos queden ocultos o bien asumir que queden vistos por las paredes.
Por último, están las instalaciones frente a incendios. En edificios convencionales de viviendas estas se instalan en los elementos comunes de los mismos, igualmente que ocurre en otros capítulos en edificios de más de 25 años las condiciones de estas instalaciones pueden no ajustarse a las exigencias normativas actuales.

Y esto es sólo lo que se refiere a las instalaciones. Otro día seguiremos recopilando aquellos aspectos que han de tenerse en cuenta a la hora de valorar la compra de un edificio de segunda mano, ya que un mal estado de conservación puede suponer una importante inversión para su puesta a punto. Porque como dice el dicho “no es oro todo lo que reluce”.

 

Viviendas de 2ª mano, ¿es en verdad más barato?

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